Coahuila y Sonora establecen protocolos para atender migrantes deportados

Saltillo, Coah. La próxima llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos encendió alarmas en Coahuila. Esto ante la posibilidad de deportaciones masivas anunciadas por el republicano, el gobierno estatal activó un plan de acción para hacer frente al impacto en la región.

El gobernador, Manolo Jiménez, destacó la coordinación con el gobierno federal y los ayuntamientos para atender la situación. “Estamos listos para apoyar a los connacionales que regresen, con albergues temporales y atención humanitaria. No los dejaremos solos”, aseguró.

El gobierno del estado habilitó cuatro albergues en coordinación con los ayuntamientos de Acuña y Piedras Negras, puntos estratégicos debido a su ubicación fronteriza. Estas instalaciones ofrecen servicios básicos y facilitan el tránsito de migrantes hacia sus lugares de origen.

El flujo migratorio mostró una disminución significativa. En meses anteriores, los cruces diarios alcanzaban las tres mil personas, mientras que ahora promedian entre 300 y 400. Esta reducción responde a operativos conjuntos del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional, junto con la policía del estado.

Coahuila fortaleció la seguridad en fronteras y carreteras, con acciones dirigidas al control migratorio y la prevención de delitos como el tráfico de personas y el robo de combustible, en coordinación con el Ejército Mexicano, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional.

Pero la incertidumbre aumenta conforme se acerca la fecha en que Trump asumirá el cargo.
Coahuila, históricamente receptor de migrantes, enfrenta un reto humanitario y logístico.
“Estamos preparados”, aseguró Jiménez.