Casi el 70% de la fauna salvaje desapareció desde 1970, según WWF

Casi el 70% de la fauna salvaje desapareció desde 1970, según WWF

De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, el planeta perdió casi el 70% de su población de animales salvajes.

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De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, el planeta perdió casi el 70% de su población de animales salvajes. Foto: AFP

Los impactos negativos de las actividades humanas en la naturaleza se manifiestan en el descenso del 69 por ciento en las poblaciones de mamíferos, reptiles, aves, peces y anfibios en todo el mundo a partir de 1970, alertó el Informe Planeta Vivo 2022.

El reporte que cada dos años presenta el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), advierte que América Latina y El Caribe muestra el mayor declive regional en la abundancia poblacional media de ejemplares de vida silvestre con 94 por ciento.

Planeta Vivo monitorea a 32 mil poblaciones de cinco mil 230 especies a nivel global y ofrece la imagen más nítida e instantánea sobre su situación, en medio de dos emergencias provocadas por el ser humano: el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.

Entre 1970 y 2018, el 69% en promedio de las poblaciones de esta fauna salvaje, como peces, pájaros, mamíferos, anfibios y reptiles, despareció, según el índice Planeta vivo.

La destrucción de los hábitats naturales, en particular para desarrollar la agricultura, sigue siendo la causa principal, según el informe, seguido por la explotación exagerada y la caza furtiva.

El cambio climático es el tercer factor, pero su papel «aumenta muy, muy rápido», advierte Marco Lambertini, director general del WWF. Siguen la contaminación del aire, del agua y del suelo, así como la diseminación por el hombre de especies invasivas.

Este informe es una «alerta roja para el planeta y para la humanidad«, declaró Lambertini en un encuentro con la prensa, «cuando comenzamos a comprender realmente que los ecosistemas durables, una biodiversidad rica y un clima estable son necesarios para garantizar un futuro próspero, más equitativo y más seguro para nuestros niños y sus hijos». 

Cuando se acerca la cumbre internacional de la COP15 Biodiversidad, a celebrarse en diciembre en Montreal, «el WWF pide a los gobiernos aprovechar esta última oportunidad para adoptar un acuerdo mundial ambicioso destinado a salvar a las especies salvajes», similar al acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático.

Para «invertir la curva de la pérdida de biodiversidad» y «atenuar el cambio climático», el informe aboga por intensificar los esfuerzos de conservación y restauración, la producción y el consumo de alimentos más sustentables y la descarbonización de todos los sectores económicos.

Cifras «aterradoras» para América Latina

Las cifras son «verdaderamente aterradoras» para América Latina, con 94% de desaparición en promedio en esta región «conocida por su biodiversidad» y «decisiva para la regulación del clima», declaró Mark Wright, director científico del WWF.

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Europa vio disminuir a su población de animales salvajes en 18% en promedio. 

Pero eso oculta pérdidas históricas muy extremas de biodiversidad», antes del periodo de análisis, declaró Andrew Terry, director de conservación en la Sociedad zoológica de Londres, asociada con WWF para establecer el índice.

En África, el índice calcula la pérdida en 66% en promedio. 

Un ejemplo flagrante es el del parque nacional de Kahuzi Biega, en RDC [República Democrática del Congo], donde la cantidad de gorilas de las sabanas orientales bajó en 80%», primero a causa de la caza, señaló Alice Ruhweza, directora de África en WWF.

Tortugas laúd, linces, tiburones, corales y ranas hacen parte de los «íconos de la biodiversidad» más amenazados que destaca el informe.

El índice Planeta viviente registra ahora 5.230 especies de vertebrados, repartidos en unas 32.000 poblaciones de animales en el mundo.

En 2020, un estudio publicado en la revista de referencia Nature cuestionó el valor de este índice. Examinando 14.000 poblaciones de vertebrados seguidos desde 1970, las autores concluyen que 1% son víctimas de la baja extrema y que si se les sacaba de la ecuación, el total de las poblaciones que quedan no mostraban ninguna tendencia al alza o a la baja.

Un mensaje de «catástrofe omnipresente» puede llevar «a la desesperación, a la negación y a la inacción», abogan los autores, quienes sugieren utilizar evaluaciones más localizadas «para ayudar a priorizar los esfuerzos de conservación».

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