El entorno externo económico y geopolítico favorable para México
En la mesa de análisis del episodio más reciente del podcast Evolución Legal: “Retos y oportunidades de la economía mexicana 2025”, a cargo de la firma legal Santamarina y Steta, especialistas coincidieron en que la administración de la presidenta Claudia Sheinbaun enfrenta un entorno externo que podría resultar favorable pata el país.
Delia Paredes, maestra en Economía y socia de TransEconomics, coincide en que la posibilidad de aranceles se perfila como una amenaza inmediata; sin embargo, el tamaño del mercado norteamericano y su interdependencia constituyen un ancla crucial para los tres países.
La especialista destacó que con todo y las tensiones en la relación bilateral con los Estados Unidos, el tamaño del mercado y le interacción en las cadenas de valor constituyen, a priori, un blindaje a la permanencia del tratado que por otra parte permite a la economía estadounidense plantarse de manera sólida en el concierto global, especialmente frente al gigante chino.
Serán cuatro años de ruido político y estiras y aflojes con alertas que pueden permanecer encendidas en el tiempo, mezclándose temas netamente comerciales con aspectos de agenda político-electoral en los tres países, primordialmente en los Estados Unidos.
Para darnos una idea, México es una pieza fundamental en el mercado automotriz de los Estados Unidos, representando las autopartes fabricadas en México arriba del 40% de los componentes de los automóviles ensamblados en EUA.
En este contexto, Juan Carlos Machorro, socio Santamarina y Steta, recordó que estos temas se ubican en el umbral de la revisión conjunta del tratado, programada para mediados del año 2026, para lo cual el gobierno federal de nuestro país ha venido preparándose a conciencia.
Durante este episodio del podcast Evolución Legal, ambos especialistas coincidieron en la conveniencia de mantener el diálogo en una relación comercial claramente asimétrica, en la que una ruptura afectaría sin lugar a duda a las tres economías, llevando la peor parte la economía mexicana como la más pequeña y dependiente de las protecciones que ofrece el propio tratado.
Es tiempo de fortalecer la relación y las bondades del tratado, con miras a largo plazo más allá de agendas político-electorales de coyuntura en los tres países, buscando desbloquear el altísimo potencial productivo de la región y diseñando estrategias conjuntas de largo alcance.
México tiene las herramientas para seguir siendo uno de los principales aliados comerciales para Estados Unidos, lo que requiere un esfuerzo colectivo en un mundo cada vez más incierto, la construcción de un camino sólido hacia el crecimiento sostenible no es solo una opción; es una responsabilidad compartida.
Cabe recordar que durante su discurso inaugural el presidente Donald Trump anunció que sería a inicios de febrero cuando podrían anunciarse aranceles uniformes de un 25% a México y a Canadá, ahondando un escenario de profunda incertidumbre en la región, lo cual de confirmarse haría inoperante de facto el tratado.
Hay que seguir tratándonos como socios y entender que hay estiras y afloje, reconociendo una relación asimétrica pero conveniente y de creación de valor para las tres economías, con reglas claras en aras de lograr en relaciones comerciales largas,” finalizaron.