El suelo congelado del Ártico se desmorona por el cambio climático
Un estudio de la Universidad George Washington revela que el suelo congelado se hunde a un ritmo alarmante en las regiones frías de gran altitud y latitud del Ártico.
Basado en datos de América del Norte y Eurasia, el estudio documenta que el hundimiento por descongelación —proceso en el que el permafrost se hunde o se asienta al derretirse— es cada vez más rápido, con graves repercusiones para los ecosistemas, la infraestructura y el paisaje, según el comunicado de la universidad.
Los incendios forestales y actividades humanas, como la construcción, aceleran este fenómeno, advirtieron los autores, quienes subrayaron la necesidad de un monitoreo más amplio y sistemático del hundimiento por descongelación.
El estudio, publicado en Environmental Research Letters, destaca que el calentamiento global y la degradación del permafrost impactan significativamente a las regiones árticas. Una preocupación principal es la subsidencia del deshielo, causada por la fusión del hielo subterráneo y la consecuente compactación del suelo.
Datos de campo, teledetección y modelos numéricos han permitido medir las tasas de subsidencia en amplias escalas. Según la investigación, las regiones de permafrost en América del Norte y Eurasia presentan tasas de hundimiento de hasta 2 cm al año en áreas con bajo contenido de hielo y más de 3 cm en zonas ricas en hielo. Las áreas afectadas por incendios o actividades humanas muestran tasas aún más altas.
Estos cambios geomorfológicos alteran la hidrología, los ecosistemas y la infraestructura, señaló el estudio. Por ello, se recomienda un sistema integral de monitoreo que facilite el intercambio continuo de datos entre las distintas regiones afectadas.
Los investigadores concluyen que integrar observaciones de campo, teledetección y modelos a diversas escalas mejorará la comprensión de estos entornos de permafrost en transformación y sus consecuencias climáticas.
N. de la R.: El permafrost es una capa de suelo permanentemente congelado que cubre aproximadamente el 24% de la superficie terrestre en el hemisferio norte, principalmente en Siberia, Alaska, Canadá y Groenlandia. Su degradación no solo causa problemas locales, como el hundimiento del terreno y el daño a infraestructuras, sino que también tiene implicaciones globales. Al descongelarse, el permafrost libera gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono (CO₂) y metano (CH₄), atrapados durante miles de años. Estos gases contribuyen al calentamiento global en un fenómeno conocido como «retroalimentación positiva».
Un dato clave es que el Ártico se está calentando casi cuatro veces más rápido que la media global, según un estudio publicado en Communications Earth & Environment (2022). Este calentamiento acelerado exacerba la descongelación del permafrost. Además, se estima que el permafrost contiene alrededor de 1,700 gigatoneladas de carbono, más del doble de lo que actualmente se encuentra en la atmósfera, lo que subraya la gravedad de su descomposición.
En cuanto a los incendios forestales mencionados en el estudio, estos son un factor emergente importante. Las temporadas de incendios en el Ártico se han intensificado en las últimas décadas, liberando hollín que oscurece la superficie del hielo y acelera su derretimiento. En 2020, por ejemplo, los incendios en Siberia emitieron un récord de 244 megatoneladas de dióxido de carbono solo en junio, según el programa Copernicus de la Unión Europea.
Por último, la infraestructura en las regiones de permafrost enfrenta riesgos críticos. En Rusia, más del 60% de la infraestructura urbana en regiones árticas se ve afectada por la subsidencia del suelo, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este problema también amenaza oleoductos, carreteras y edificios en países como Canadá y Estados Unidos.
Dada la magnitud de estos impactos, el monitoreo sistemático propuesto por los investigadores no solo es vital para mitigar riesgos locales, sino también para comprender y abordar las repercusiones climáticas globales.