General Motors impone el paro técnico en Coahuila en plena incertidumbre por los aranceles de Trump

General Motors impone el paro técnico en Coahuila en plena incertidumbre por los aranceles de Trump

Las líneas de producción de General Motors en Ramos Arizpe (Coahuila) dejarán de producir esta semana. Más de 3.500 trabajadores de la factoría no laborarán del 28 de abril al 2 de mayo. La armadora estadounidense ha confirmado la suspensión: “El paro técnico en GM Ramos Arizpe es un paro técnico programado por mantenimiento en las líneas de producción. El paro será durante esta semana y la Planta regresará a laborar normalmente el próximo lunes 5 de mayo”, indicaron por escrito. La Secretaría del Trabajo estatal añadió que mantiene comunicación con la compañía y los representantes sindicales de la armadora.

El líder sindical de la CTM en el Estado, Tereso Medina, declaró a medios locales que esta medida no es popular, sin embargo, permitirá preservar las fuentes de trabajo y mantener los derechos laborales de los trabajadores. Durante el paro técnico, los trabajadores recibirán el 65% de su salario y conservarán las prestaciones establecidas en el contrato colectivo, incluyendo la participación en las utilidades. La armadora de Detroit, como el resto de la industria automotriz en el mundo, atraviesa un momento crítico de la mano del alza arancelaria que, desde el 3 de abril, ha impuesto Estados Unidos a las exportaciones automotrices. El Estado norteño no solo aloja a GM, también alberga a la armadora Stellantis, así como a un conjunto de proveedores de autopartes.

Las medidas proteccionistas de Donald Trump ponen en entredicho las ganancias esperadas por General Motors y el resto de las automotrices. La preocupación no es para menos, casi la mitad de sus ingresos en EE UU dependen de las importaciones enviadas desde sus plantas de producción en Canadá, México y Corea del Sur. En México, la armadora tiene más de 89 años de operar y emplea a más de 27.000 personas directamente. Cuenta con instalaciones en Guanajuato, el Estado de México, San Luis Potosí y oficinas corporativas en la Ciudad de México. En estas factorías comercializa productos de las marcas Chevrolet, Buick, GMC y Cadillac. 

Para el Gobierno mexicano, sortear el arancel del 25% sobre los autos foráneos de Estados Unidos, es una prioridad. En el caso de México y Canadá, el presidente Trump hizo una concesión y permitió a los exportadores de estos países un descuento sobre este impuesto, acorde al contenido estadounidense de cada unidad. Sin embargo, la nueva tarifa sigue significando un sobrecoste si se toma en cuenta que hasta 2024, los vehículos cruzaban de norte a sur, bajo el amparo del TMEC, libres de aranceles. 

México es principal exportador de Estados Unidos de vehículos y por este motivo el Gabinete de Sheinbaum tiene la encomienda de salvaguardar el flujo comercial de este sector antes de que concluyan los 90 días de pausa que concedió el republicano para los llamados aranceles recíprocos. El Gobierno federal pretende un “trato preferente” con EE UU, obteniendo tanto un mayor descuento sobre esta tarifa, así como esquivar los aranceles a las autopartes, los cuales entrarán en vigor el próximo 3 de mayo

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